A HUMBERTO ARÉIZAGA ROJO EN EL 54 ANIVERSARIO DE SU MUERTE.
Por Joaquín Aguirre Peña “Fedor”
Hace algunos años y con motivo de los cincuenta años en que Humberto dejara esta vida terrenal, escribimos un reportaje-entrevista que se publicó en la página web de tackleo.com. Esa nota pasó al baúl de los recuerdos de la página y por esa razón queremos publicarla en nuestro blog que recién acabamos de estrenar gracias a la ayuda de un experto en estos menesteres como lo es Enrique Cuitláhuac Pérez. En esta ocasión la dedicamos a todas aquellas personas que ha mucho tiempo decidieron perpetuar a nuestro personaje poniendo como nombre a su organización el sobrenombre con el que era conocido Humberto en el medio del futbol americano: nos referimos a los Shorty´s que actualmente tienen como sede a esa populosa zona que es Ciudad Netzahualcóyotl, limítrofe con el norte de la capital del país. ¿Por qué lo hacemos? Les contaremos. Hace unas semanas los veteranos de los Shorty´s visitaron a sus pares de Águilas Reales. Pues bien, cuando estuvimos en el juego celebrado en el campo “Manuel Ruiz Alberti “El Italiano” abordamos a algunos de los jugadores y personal administrativo de los de Ciudad Neza, preguntándoles si sabían por qué su equipo llevaba el nombre de Shorty´s y nos quedamos asombrados que nadie, a excepción de Doña Lupe, pudo respondernos correctamente. Algunos de los jugadores se concretaron a decir “fue un jugador que ya murió”. Pues bien, platicando con el capitán del equipo Ricardo Rincón, quien tampoco pudo explicarnos a ciencia cierta la interrogante, le ofrecimos publicar esta nota a fin de que todos y cada uno de los que integran la organización sepan el origen de la misma.
ECOS DE LOS EMPARRILLADOS. Por Joaquín Aguirre Peña "Fedor" - (Octubre 31, 2002)
"PODRA HABER HABIDO MUCHOS GRANDES JUGADORES, PERO NUNCA NADIE HIZO TANTO EN TAN POCO TIEMPO". A Humberto Aréizaga Rojo en el Cuadragésimo Octavo aniversario de su fallecimiento.
Amigos aficionados, con esas breves palabras podríamos resumir lo que Humberto hizo en su fugaz paso por los emparrillados del país y del extranjero: "Nunca nadie hizo tanto en tan poco tiempo.". ¿Hasta dónde hubiera llegado ? Sólo Dios lo sabe. Lo cierto es que en su meteórica carrera realizó hazañas que nos hacen pensar que de no haberse interpuesto en su camino un coloso de la naturaleza, él hubiera alcanzado alturas inimaginables como jugador de futbol americano en nuestro país. Esta ocasión escribimos esta colaboración extraordinaria de Ecos de los Emparrillados" para llevar a ustedes un semblante de su vida y para rendir un modesto homenaje a quien en vida fue un gran hijo, un buen amigo y gran deportista:........al inolvidable Humberto Aréizaga Rojo.
En este mes de octubre del 2002, se cumplen 48 años del fallecimiento de Humberto ocurrido cuando, en compañía de su novia y de otra u otras personas cuyos nombres no recordamos por el momento, iniciaban el ascenso a la cima del volcán Popocatépetl cuando un alud de nieve se produjo, el cual no pudieron eludir. Recordamos aún las fotos de los diarios deportivos de esas fechas y en ellas vimos que aún, en el último aliento el inolvidable "Shorty" luchó contra la adversidad, pero no pudo vencer al implacable destino que Dios le había marcado. Dicen que los elegidos de los dioses mueren jóvenes y, en este caso, se confirma la frase . Humberto murió en la flor de su juventud.
Algunos aficionados al futbol americano que no lo conocieron, que no lo vieron jugar y que no vivieron esa época, se preguntarán.........¿ Quién fue Humberto Aréizaga Rojo? ¿ En cual equipo jugó? ¿Cuáles fueron sus hazañas?
Pues bien, ya que fuimos compañeros de Humberto en la Prevocacional No. Dos del IPN, en los años 1948,49 y 50 podemos narrarles algunos detalles de su vida de estudiante. En ese entonces éramos unos chamacos de 14 y 15 años que muy poco sabíamos de futbol americano. Fue ahí, en la Prevo Dos, donde a muchos nos nació el amor al futbol americano y, desde luego, a los gloriosos colores guinda y blanco de los Burros Blancos del Poli. A partir del 48 no nos perdíamos un juego y nos colábamos a como diera lugar al Estadio de la Ciudad de los Deportes, en la colonia Nápoles. Aún no aparecía el funesto "porrismo" y se podía vivir en la tribuna un ambiente estudiantil y familiar. Humberto y la palomilla de cuates nos desgañitábamos gritando el famoso Huélum. Nuestros ídolos fueron el legendario Manuel "Pibe" Vallarí, el "Tarzán" Saldaña (qepd), el "Pipo" Mota, el "Chino" Portilla, la "Caledonia" Nava, el "Tigre" Medina, entre muchos otros ases de los emparrillados de esa época dorada del deporte de las tackleadas.
Ahí fue donde, robándonos algunas clases y aprovechando algunas ausencias de los maestros, corríamos al camellón de la calle Mazatlán para echarnos un tochito sangriento. En otras ocasiones, cuando disponíamos de mayor tiempo, nos lanzábamos al Bosque de Chapultepec donde teníamos campo más que suficiente. Humberto (a quien apodábamos "El Concha" nunca supimos porqué), los hermanos Patiño, Gustavo y Javier y Toño Rosique, entre otros más , estaban en un grupo y en el otro Ernesto "El Pato" Feria Mota, el "Tejón Ruiz Herrera, el "Tamal" Aguilera y, por supuesto, este servidor a quien apodaban "El Hueso" En principio jugábamos grupo contra grupo, pero como ellos tenían a Humberto y casi siempre la llevaban de gane optamos por hacer equipos combinados. En nuestro primer juego de tochito tackleado, pocas veces lo pudimos detener pues, además de su fuerza física, le ayudaban unas botas tipo militar que acostumbraba llevar y el temerario que se aventaba a tacklearlo de los tobillos salía con la cara sangrienta. Ya en el segundo año sólo tuvimos un grupo y formamos una pandilla de tocheros que casi casi éramos invencibles pues contábamos con él. En la época de la cual hablamos, el futbol americano a nivel juvenil era muy incipiente y del Poli quizá haya habido algunos equipos pero sólo recordamos a los Fogoneros de la Prevo. 3, que estaba en las calles de Mar Mediterráneo, allá por el rumbo del Deportivo "Plan Sexenal". Posiblemente, si se hubiera sacado equipo de la Prevo Dos, creemos que hubiera sido un trabuco pues aparte de Humberto había otros cuates que en verdad la hacían
Terminamos nuestros estudios de prevocacional y todos jalamos por nuestro rumbo. Humberto y otros cuates se fueron a la Vocacional Dos en el 1951, año en que inició su fugaz y brillante carrera en el futbol americano. De esta etapa, consideramos que nadie podrá hablar mejor de Humberto que aquella persona que siempre fue su coach tanto en la intermedia como en la liga mayor y quien lo forjó como jugador de futbol americano , además de haber sido su mentor y su amigo. Nos referimos al coach Manuel Rodero que en esa época de los cincuentas llevo a los Cheyennes del IPN a varios campeonatos. Pues bien, en una entrevista que este servidor le hizo en el año de 1975, (después del juego en el que su equipo Pieles Rojas derrotó a los Escorpiones Rojos de Ingeniería, en el torneo de categoría intermedia de ese mismo año). Manuel Rodero nos habló de él. Lean ustedes la transcripción de la entrevista.
FEDOR.- Coach Rodero, al ver trotar en la cancha a ese buen jugador que es Paco Hernández, nos vino a la mente aquella figura legendaria que usted forjó que fue Humberto Aréizaga y nos pareció verlo nuevamente con todo ese amor y entrega a sus colores.¿ Cree usted que así sea?
MANUEL RODERO.- " Bueno, yo estimo mucho a Paco, es un gran jugador, pero la comparación todavía le cuelga, le cuelga mucho."
FEDOR.- Definitivamente, pero a nosotros nos pareció verlo nuevamente en la cancha. Creemos que Paco está en muy buenas mano pues usted es forjador de grandes figuras y para bien del futbol americano esperamos que él llegue a ser una figura del deporte
MANUEL RODERO.- "Efectivamente Paco va a ser un gran jugador pues es un muchacho muy obediente y muy disciplinado, entrena muy duro y es un líder en la ofensiva, pero yo sí quisiera hablar un poco sobre Humberto. Cuando yo couché a Humberto (1952-53), yo no sabía mucho de futbol. El equipo en que jugaba él (Cheyennes de la Voca Dos) era un equipo ganador, pero no era un equipo de calidad. Si Humberto jugara ahorita (1975) yo estaría descansando pues sabía que iba a ganar la semana entrante. Humberto era algo increíble y mucha gente nomás lo vio jugar, pero no lo conocieron y no sabían lo que en realidad era."
FEDOR.- ¿Cómo fue en su inicio la trayectoria deportiva de Humberto?
MANUEL RODERO.- Para recordarles un poquito les voy a decir esto: Hubo un juego en Saltillo en el que anotó ocho touch downs. Su primer jugada en liga mayor fue un touch down de 70 yardas. Su segunda carrera fue otro touch down de 60 yardas. Todos dijeron ..¡ah! bueno, pero fue contra el CUM que es un equipo balín .El CUM era un equipo nuevo. A la siguiente semana, jugamos contra un equipo americano, me parece que era el Sull Ross State College y la primera jugada de Humberto fue un touch down de 70 yardas. Puedo decir que él era una maravilla y yo no lo admiraba tanto como corredor aunque era un gran corredor pues arrasaba con los records de yardas por carrera. Sin embargo yo lo admiraba como bloqueador, era el mejor bloqueador que yo he visto en mi vida.
FEDOR.- Sr. Rodero, nosotros tuvimos la fortuna de ser amigos de Humberto y llegamos inclusive a jugar tochito con él, cuando estuvimos en la Prevocacional No. Dos. Supimos de su trayectoria futbolística y sabemos que usted fue la persona que lo formó porque cuando Humberto llegó a la Voca Dos no tenía conocimientos técnicos. Tenía un gran corazón, pero no tenía conocimientos. ¿ Cómo pulió a ese diamante '
MANUEL RODERO.- "Efectivamente, cuando él llegó, en primer lugar era un chamaquillo, estaba fuerte, pero era un chiquillo y me dijo querer jugar de guard. OK, le dije, vas a jugar de guard. Entrenó como cuatro días y de repente faltó porque parece que su mamá se había enfermado. Ese año tenía yo mucha gente en el equipo, ciento y pico de jugadores y lo corté del equipo. Regresó a la semana siguiente y no lo admití. Me acuerdo que casi hasta lloraba y me pedía le diera chance de jugar. Bueno ándale, le contesté, pero no vuelvas a faltar. Nunca volvió a faltar en los años en que lo couché en intermedia y en liga mayor, nunca, repito, volvió a faltar. Siendo novato salió en la Selección del Politécnico y fue el mejor jugador de la selección y para que saliera un liniero se necesitaba mucho. Al año siguiente (1952) lo cambié de fullback y arrasaba en los scrimmages. Recuerdo que tuvimos un scrimmage contra la Prevocacional Tres y les dimos una felpa espantosa. Tuvimos otro contra el Aztlán y también les pegamos duro, pero Humberto se lastimó una rodilla y ya no pudo participar mas que en los dos últimos juegos de la temporada y como estaba mal de la rodilla lo regresé al guard. Volvió a salir en la Selección del Politécnico y nuevamente ganó el trofeo de mejor liniero y el mejor de la selección. En el año de 53 lo volví a poner de fullback y ya no se volvió a lastimar y empecé a pasar un poco con Mario Salum que era el quarter back. Lo usábamos a él como flanker abierto y no había hombre que pudiera cuidar a Humberto. Si echan un poquito de memoria se darán cuenta de los touch downs, las carreras y todo lo que él hizo. Salimos campeones, jugamos con la Selección de Universidad y empatamos en México. Después volvimos a jugar contra ellos en Tabasco y les dimos una felpa bastante fuerte en la cual Humberto arrolló y aunque el campo estaba para arriba, para él daba lo mismo que estuviera para arriba que para abajo ya que de todas maneras corría. Cuando subió a liga mayor, como dije antes, sus tres primeras carreras fueron touch downs. En 1954 fuimos a jugar a los Estados Unidos y en esos tres juegos internacionales él descolló tremendamente.
FEDOR.- ¿ Considera usted que actualmente hay un jugador como Humberto?
MANUEL RODERO.- Desde luego Humberto era mi amigo y yo lo apreciaba tremendamente como también aprecio a mis jugadores de ahora y no comparo a nadie. Hay uno que puede ser bueno como él que es José Luis Martínez el de liga mayor, pero para llegarle a Humberto está difícil porque la mentalidad que él tenía no la tiene nadie, esa es la realidad. No hay ningún jugador en México con la mentalidad de Humberto. Él era un muchacho que en su vida se fumó un cigarro y tampoco tomó una copa. Así deberían ser los jugadores pues los hay que se sienten estrellas y no son más que unos mamarrachos desprestigiándose ellos y desprestigiando a sus equipos. Humberto lo que hacía era darle prestigio a sus compañeros y a su equipo. Puedo decir que nunca hubo algo de lo que pudiera quejarme de él. Era el verdadero prototipo de jugador. Ojalá todo el mundo, aficionados y jugadores tomaran su ejemplo."
Así era Humberto quien a pesar de su grandeza siempre fue sencillo y al que nunca se le subieron los humos a la cabeza. Y ahí queda este valioso testimonio al cual podríamos agregar el de muchos otros de sus familiares, amigos y compañeros de equipo quienes lo conocieron y lo trataron.
Ignoramos si las autoridades deportivas del Instituto Politécnico Nacional este año realizaron algún evento para recordar al "Shorty" Humberto en este aniversario de su fallecimiento. Así también desconocemos si las asociaciones de jugadores y exjugadores lo recordaron, pero nosotros no queremos que pase inadvertido y por esa razón le dedicamos esta columna. Al menos esperamos que el busto que se colocó en el Casco de Santo Tomás aún permanezca en su lugar. Por último sólo queremos que tengan presente esta frase: "Podrá haber habido muchos grandes jugadores, pero nunca nadie hizo tanto en tan poco tiempo". Fedor.